Al Infinito Con Willie Rosario

Willie Rosario

Willie Rosario, conocido como Mr. Afinque por su manera peculiar de tocar el timbal, es uno de los artistas del género salsero con más constancia en calidad y cantidad de material producido. Ha estado presente en el panorama salsero desde principios de los años 60, y su orquesta ha servido de impulso a la fama para artistas como Tony Vega y Gilberto Santa Rosa. 

Para el año 1973, Willie, en pleno "boom" salsero, lanza al mercado lo que es, quizás, su mejor producción musical: Infinito. Lanzado poco después de la partida de Chamaco Rivera de la orquesta y subsiguiente entrada de Junior Toledo, este álbum es uno muy peculiar. En este se indaga en temas sociales y políticos de vigencia actual, se experimenta con el jazz latino, y se evidencia por qué Willie Rosario es uno de los salseros con más sabor en toda la expresión salsera. 

El disco comienza con la canción Arrepentios Pecadores, compuesta por Willie Rosario. Esta canción sirve como de crítica a la sociedad del momento en su aparente hipocresía al pedirle ayuda a Dios, que solo recuerdan su existencia en momentos de tristeza y necesidad. Esta es una de las primeras canciones donde se expresa abiertamente críticas a la sociedad y, particularmente, su postura ante la religión; bastante antes de que agrupaciones como la de Richie Ray y Bobby Cruz comenzaran a experimentar con la "Salsa Cristiana". 

Esta canción es seguida por Échame La Culpa A Mí, escrita por el gran Catalino "Tite" Curet Alonso, un tema de despecho; posteriormente contrastado con el bolero Todo Y Nada, compuesta por el padre del bolero moderno: Vicente Garrido. Le sigue Ajiaco Caliente, un guaguancó originalmente grabado por La Sonora Matancera y, posteriormente, Eddie Palmieri. La orquesta de Willie, complementada por un solo de piano por parte de Alfredo Rodríguez que no queda lejos de los predios del jazz y el excelente vocalista del grupo, hace de esta la mejor interpretación del tema a la fecha. Prosigue Tumbao Revolución, escrita por el vocalista del grupo, Junior Toledo, y aclarando sus intenciones en relación a la salsa, proclamando que no es mejor que nadie y que solo procura hacer trabajo de calidad para que su trabajo perdure.

El lado B de este disco comienza con Juventud Siglo 20, escrita también por el vocalista de la agrupación. Esta sirve de reclamo a la juventud del presente a que viva en el camino del bien, alejándose de los vicios y comprendiendo la realidad de las circunstancias de la vida, analizando con objetividad las oportunidades presentadas. Este tema, hasta cierto punto una crítica a la sociedad juvenil del momento, ciertamente fue uno muy acertado en el lanzamiento de este disco, y su vigencia es evidente incluso en la actualidad. Lanzada en un momento donde se ignoraba por completo el tema de las drogas y los vicios actuales, esta canción dio luz a uno de los problemas más grandes de la salsa en ese momento: las drogas y sus consecuencias, antes de que se formaran grupos como el Impacto Crea para advertir a la juventud de estos males. 

Continuamos con Soy Rumbero, compuesta por el aclamado Roberto Angleró, con un solo de trompeta espectacular. Luego, le sigue el bolero Lágrimas Y Tristeza, compuesto por el percusionista cubano Antar Daly. Contrastando este bolero está el guaguancó Amigo De Qué, compuesta por Willie Rosario, la cual sirve de crítica a los amigos falsos que solo se presentan cuando necesitan de ti y desaparecen en el momento que lo necesitas, y la última crítica social del álbum.

Para concluir el disco, tenemos una interpretación de Last Tango In Paris, una canción de jazz latino compuesta por el recientemente fenecido saxofonista argentino Gato Barbieri. En esta se le da un toque más "latino" a la interpretación, y demostrando la habilidad de improvisación de la orquesta. Con los invitados especiales Vinnie Bell y Louie Ramirez, en la guitarra y el vibráfono, respectivamente, este es el tema más experimental del disco, saliéndose casi por completo de los predios de la salsa y entrando de lleno al jazz latino. Con una mezcla impecable de percusión, vientos, y guitarra eléctrica, esta es una interpretación digna de mencionar al estudiar las mejores interpretaciones del jazz en el ámbito de la salsa. 

La composición, arreglo, y calidad general de las canciones presentes en este disco hacen esta producción una indispensable en cualquier colección de salsa y música latina. Estas, complementadas por una orquesta de alta calidad y un vocalista versátil, hacen de este disco uno de los mejores de la extensa discografía de Willie Rosario, si no el mejor.
– José D. Maldonado

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